El episodio tuvo lugar en Mendoza. Un hombre prendió fuego una iglesia, pidió ir a la cárcel y lo detuvieron preventivamente. No hubo heridos pero si grandes daños materiales.
La100
Un hecho insólito tuvo lugar este sábado en la localidad mendocina de Guaymallén. Un hombre se presentó en la Comisaría Novena y confesó haber provocado un incendio de manera intencional en una iglesia porque quería ir preso.
“En la cárcel me dan de comer”, fue la explicación que el hombre, identificado como Sebastián Walter Cabrera Guardia, dio a los policías que en ese momento estaban de guardia. Según informó el diario local El Sol, tras la confesión, lo detuvieron preventivamente mientras avanza la investigación.
Eran cerca de las 14 horas cuando los uniformados recibieron la noticia e, inmediatamente, debieron ir a constatar el incendio. Efectivamente, las llamas avanzaban en el interior de la parroquia del Instituto Sagrada Familia, ubicada sobre calle Libertad, frente al edificio de la Municipalidad de Guaymallén.
Quien también se acercó al lugar fue la directora de Cáritas, quien contaba con una llave del establecimiento. Además, rápidamente concurrió una dotación de Bomberos Voluntarios, junto con personal de Defensa Civil para extinguir el fuego. Por suerte, el incendio no dejó ningún herido, pero sí daños materiales en el interior de uno de los salones de la iglesia.
En relación al joven de 26 años que se entregó, un ayudante fiscal dispuso que quede alojado en la comisaría disposición de la Oficina Fiscal Nº 9, mientras se llevan a cabo los peritajes correspondientes a cargo de bomberos del Cuartel Central.
Pidió ir a la cárcel para no vivir más con la suegra
Otro caso insólito tuvo lugar tiempo atrás en la ciudad chubutense de Trelew. Un hombre pidió volver a la cárcel 10 después de que le otorgaran prisión domiciliaria. El motivo que les dio a las autoridades eran problemas de convivencia.
“Prefiero estar en la cárcel. Quiero que me trasladen”, fueron las palabras del hombre al presentarse en una comisaría. Según su declaración, para él estar preso era mejor que seguir viviendo en la casa de su suegra, donde había fijado domicilio.